En las montañas hermosas de Tres Esquinas, Huila, donde todo comienza con una semilla que con dedicación y cuidado crece hasta convertirse en un arbusto lleno de frutos listos para ser recolectados, los caficultores cultivan con paciencia y entrega un café que refleja no solo el sabor de la tierra, sino también la historia de familias que han hecho del café su vida. A 1.650 metros de altura, entre neblinas y suelos fértiles, cada grano guarda en su interior la esencia de un trabajo hecho con amor y esfuerzo.
Nuestro lote proviene de un proceso honey, con 48 horas de fermentación, en el que el mucílago del grano se convierte en protagonista. Es un método delicado y exigente: requiere tiempo, atención y la experiencia de caficultores que saben interpretar el clima y la cosecha. El resultado es una taza extremadamente dulce y compleja, con notas de limón, caramelo, frutos rojos y nueces, que sorprenden por su frescura y naturalidad.
Este café es más que un producto: es un vínculo directo con los caficultores de Huila, un testimonio de transparencia y un recordatorio de que cada sorbo lleva consigo el justo reconocimiento al trabajo de quienes lo cultivan y la emoción de compartir una historia que nace en la tierra y llega intacta a tu taza.